Fte: José Luis García. LA INFORMACION
Pasos de cebra y semáforos inteligentes… España presume de ciudades cada vez más inteligentes.
Desde el año 2009, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, lo que significa que las urbes crecen a un ritmo de dos habitantes por segundo. En el año 2050, aproximadamente el 70% de la población mundial vivirá ya en ciudades y, desde el año 2025, habrá en el mundo 37 megaciudades que acogerán, por sí solas, al 14% de la población mundial. La necesidad de smart cities es real y no solo en ciudades. El municipio de Gotarrendura, de 126 habitantes, en Ávila, es «el más pequeños con la distinción ciudad de la ciencia y de la innovación”. Ha logrado implantar en su localidad sistemas de energías renovables y eficiencia energética, como calefacción eléctrica gracias a la biomasa.
Tráfico, contaminación, residuos, seguridad… son los grandes problemas a solucionar. En las ciudades de hoy ya es vital analizar los flujos de tráfico para priorizar los transportes de emergencia y públicos. Se logra gracias a sensores que también contribuyen al manejo de los semáforos. La detección automática de infracciones o peligros en las vías (una start up vasca, Begirale Controlling Risk, ya ha probado con éxito un sistema para evitar accidentes en zonas con barreras) también es una realidad. Cada vez más empresas españolas invierten en la ciudad del futuro. Un dato: en el último Congreso de Ciudades inteligentes celebrado en Madrid en abril figuraban 65 entidades entre ellas, empresas punteras. De hecho, Siemens está recorriendo decenas de ciudades españolas para presentar sus últimos ‘inventos inteligentes’.
El detector de caras
Juan Miguel Pérez de Andrés, director de la división Energy Management de Siemens reconoce que «la compañía trabaja en tranvías eléctricos, alumbrados inteligentes, la gestión automatizada de edificios para evitar incendios…», aunque lo que más sigue impresionando a todo el mundo es «su solución biométrica basada en reconocimiento facial». La solución de vídeo vigilancia, BioSurveillance, detecta múltiples caras en tiempo real, algo «vital para la seguridad». Aunque, en el día a día, también «se puede captar si alguien se cae en la calle y llamar al 112». No menos interesante son los parking inteligentes, con «sensores con radar que analizan espacios compatibles para nuestro coche. Ahorra kilómetros y horas al volante».
Hay más ‘inventos’ en la smart citie. En Santander ya existe la posibilidad de que ante un socavón en la calle la ciudad inteligente aumente automáticamente la iluminación y se desvíe el tráfico. Las papeleras nunca rebosan porque están sensorizadas y la hierba se riega solo cuando es necesario. En Donosti, gracias al proyecto Smartkalea, las luces solo alumbran si hay gente pasando, lo que ha ahorrado un 25% del consumo de luz en la ciudad. Al proyecto se ha sumado una plataforma de integración que permite contabilizar las personas que transitan por la calle y los que entran en cada comercio, un dato básico para saber las zonas con más tirón comercial.
La compañía CIC Consulting ha logrado optimizar el consumo de agua en Santander. Y el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Málaga acaba de probar el paso de peatones inteligente con tecnología LED implantado en una de las vías de la ciudad. Cuando detecta que se aproxima un viandante luce para avisar a los conductores que el paso está activo y que deben detenerse.