Que la arquitectura puede ser el cobijo de las energías renovables, nosotros lo tenemos claro. Por eso es que disfrutamos recopilando ejemplos que dan sentido a nuestra máxima. En este post mostramos el trabajo de Michael Jantzen, un soñador o más bien un mago –el soñador sueña y el mago puede hacer que las fantasías se aproximen o se conviertan del todo en realidad- su arte-arquitectura busca que la construcción sea paisaje, que el paisaje sea arte y que el arte encuentre su funcionalidad en la manera en que se pueden integrar las energías renovables en la edificación.
Más allá de sus diseños de apariencia onírica, lo cierto es que su apuesta por la integración de la arquitectura en la naturaleza y el empleo de las energías renovables, hace que sus trabajos clamen más por la practicidad que muchos otros diseños que visten de sobrios.
Nosotros nos quedamos de momento con Power House, como aperitivo y os invitamos a pasar por su web para seguir disfrutando.
La propuesta modular Power House es variable en tamaño y forma y puede albergar todo tipo de usos, desde residencias hasta locales comerciales. Su peculiaridad reside en la incorporación de un aerogenerador situado en la cima del edificio (22 pies, unos 7 metros), acompañado de paneles fotovoltaicos. Esto hace que la edificación produzca su propia energía, la utilice para abastecer los alrededores o la devuelva como excedente a la red.
Los materiales empleados garantizan la eficiencia energética, permitiendo la calefacción pasiva de la casa en invierno y la ventilación en verano. El agua procedente de la lluvia es recolectada gracias a la peculiaridad estructural del tejado, existiendo la posibilidad de almacenamiento y posterior consumo o reciclaje en gas hidrógeno que actuará como combustible en sistemas de calefacción, calentamiento de agua, o recargas de energía.